Hace referencia al pasado reciente y el presente, por medio de perspectivas obtenidas a partir del desarrollo y uso de estudios técnicos, de modo tal que se construye “una película” con hechos recientes que orientan y dan pautas para implementar mejoras. En tal sentido, y desde un ejemplo de un estudio con aplicación global desde hace varios años la ACHC viene realizando el estudio titulado Rasgos Distintivos de los Sistemas de Salud, con el que ha buscado analizar el desempeño de los sistemas de salud de diferentes países mediante la construcción del índice compuesto de resultados de salud (ICRS).
En el año 2022, se presentó la tercera edición del ICRS (ICRS 2022) —las dos anteriores son de 2013 y 2017—, en la que se estudiaron 94 países mediante el análisis de 38 variables. 12 de estas variables corresponden a resultados y/o desempeño en salud, siendo estas variables con las que se construye el índice, las cuales se agrupan en cinco grupos o factores: 3 variables son de organización y estructura, con las que se caracteriza y describen los sistemas; 23 variables más son de insumo y contexto, divididas en capacidad de respuesta, contexto, cobertura y capacidad del sistema y factores de riesgo, con las que se realiza el análisis de correlación entre el índice y las variables de insumo. Cabe resaltar que en esta versión se incluyó el factor COVID dentro de las variables de resultado, con el que se adaptó el estudio a la coyuntura generada por la pandemia por COVID-19.
Los resultados del ICRS 2022 revelaron que en el clúster 10, conformado por trece países, se destacaron naciones como Islandia, Israel, Corea del Sur, Noruega y Japón, alcanzando una puntuación promedio de 96,9 puntos. De manera contraria, en el clúster 1 (países con el desempeño más deficiente en el índice) aparecen cuatro países: Chad, Mozambique, Mali y Afganistán, que obtuvieron una puntuación promedio de tan solo 9,6 puntos.
Por su parte, Colombia se ubicó en el clúster 7, un grupo de países con desempeño medio-alto, con un índice de 81,5 puntos, el cual está por encima del promedio global de 71,7 puntos, ocupando la posición 39 dentro de los 94 países evaluados. En la región, Colombia es superada por países como como Canadá, Costa Rica, Chile, Panamá y Cuba, mientras que países como Perú, México, Argentina y Brasil se ubican en puestos inferiores.
Al desagregar los resultados del ICRS 2022 en los cinco factores que lo componen, se muestra que el factor 2, relacionado con las tasas de mortalidad (materna, infantil, menores de cinco años, neonatal y adultos), fue en el que los países tuvieron un mejor desempeño medio con 83,6 puntos; seguido por el factor 4, relacionado con la incidencia de tuberculosis y la tasa de enfermedades no transmisibles, con 73,4 puntos, y el factor 3, compuesto por los años de vida ajustados por discapacidad con 72,5 puntos. El factor 1, asociado con los años de vida al nacer y saludables, marcó una puntuación media de 67 puntos, mientras que el factor 5, relacionado con la mortalidad por COVID-19, fue en el que se tuvo un menor desempeño promedio con 53,2 puntos, lo que refleja en cierta medida las dificultades que tuvieron los países para afrontar la pandemia en el corte temporal del estudio.
Respecto de la relación del índice con la estructura del sistema, si bien categorías como Estado guardián[1] y modelo Bismarck (seguridad social)[2], dentro de la organización y estructura de los sistemas, se relacionan con mejores puntajes promedio frente a otras, no se puede concluir categóricamente que existe una combinación única e ideal para organizar los sistemas de salud, lo cual ratifica los hallazgos obtenidos en la edición de 2017 de este estudio. Asimismo, un mayor nivel de gasto en salud (gasto total, gasto público, gasto en atención primaria, etc.) en general es determinante en el desempeño de los sistemas; sin embargo, no se puede olvidar que esto está directamente relacionado no solo con la voluntad política, sino también con el nivel de ingreso y desarrollo de cada país.
El análisis de correlaciones estimado entre el ICRS 2022 y variables de insumo y/o contexto buscó determinar cómo las variables vacunación contra COVID, densidad de médicos y de enfermeras y parteras, gasto adicional en atención COVID, índice de percepción de corrupción, porcentaje de personas con agua potable, probabilidad de morir por enfermedades cardiovasculares, cáncer diabetes, enfermedades respiratorias entre los 30 y 70 años, entre otras, se relacionan con el resultado obtenido en el ICRS 2022.
Como resultado, se obtuvo que los países con mayor y mejor infraestructura y de recursos humanos (camas por cada diez mil habitantes y densidad de médicos y enfermeras), mayor Índice desarrollo humano -IDH-, menores niveles de corrupción, mejor respuesta a la pandemia (aplicaron un mayor número de vacunas y gastaron más dinero para atenderla), entre otros, se relacionaron de manera positiva con el ICRS 2022; es decir, estos países mostraron un mejor desempeño en el índice. De manera contraria, variables como la probabilidad de morir por enfermedades cardiovasculares, cáncer diabetes, enfermedades respiratorias entre los 30 y 70 años se correlacionaron de forma negativa con el ICRS 2022, lo que significa que los países con una mayor probabilidad de morir por estas enfermedades se asociaron con un resultado en el ICRS 2022 más bajo.
Como conclusión, el estudio mostró que, en general, los países de mejor desempeño disponen no solo de una mayor cantidad (y posiblemente calidad) de recursos en términos financieros, sino también de mayor y mejor infraestructura y de recursos humanos (camas por cada diez mil habitantes y densidad de médicos y enfermeras), frente a los países de menor desempeño. De igual forma, se resalta la importancia del contexto socioeconómico en el desempeño de los sistemas de salud, dado que indicadores como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) o el índice de percepción de corrupción se asocian positivamente con el ICRS 2022.
Dentro de la dimensión Contexto, se resalta el indicador efectividad del Gobierno, este hace parte del proyecto Worldwide Governance Indicators (WGI) indicadores sobre gobernanza que analizan las instituciones por las cuales se ejerce la autoridad, la efectividad del gobierno captura las percepciones de la calidad de los servicios públicos, la calidad del servicio civil y el grado de su independencia de las presiones políticas, la calidad de la formulación e implementación de políticas, y la credibilidad del compromiso del gobierno con dichas políticas, al respecto se encontró evidencia de correlación positiva con el -ICRS-.
En la dimensión Cobertura y capacidad del sistema, se incluyó el índice de cobertura UHC construido por GBD 2019 Universal Health Coverage Collaborators de The Lancet (2020) para medir la cobertura efectiva el cual se construye con 23 indicadores de cobertura efectiva en una matriz que representa los tipos de servicios de salud (por ejemplo, promoción, prevención y tratamiento) y cinco grupos de población-edad que abarcan desde reproductivos y recién nacidos hasta adultos mayores (≥65 años). Los indicadores de cobertura efectivos se basaron en la cobertura de la intervención o en medidas basadas en los resultados, como las razones de mortalidad a incidencia para aproximar el acceso a una atención de calidad. En este indicador Colombia se clasifica en este grupo clúster 7 y su UHC Índice de cobertura efectiva (IHME UW) para el año 2019 fue de 74,3.
Dicha variable se asocia positivamente con el índice de resultado evaluador por la ACHC, es decir un acceso efectivo en materia de atención en salud se asocia con la obtención de mejores resultados en salud.
En síntesis, respecto de las variables de insumo, se observa que, a mayor capacidad instalada, mayor talento humano, un nivel más alto de gasto en salud, la garantía de bajos niveles de corrupción y una mayor efectividad gubernamental contribuyen a un mejor posicionamiento en el ranking. Por lo tanto, no solo es el tipo de modelo y financiación de un sistema lo que determina el resultado final, sino el uso adecuado de los diversos recursos, lo que lleva a mejores desenlaces.
La naturaleza de este estudio permite observar tanto las fortalezas como las debilidades de los sistemas de salud. De forma puntual, para Colombia surgen preguntas como las siguientes: ¿Se puede aspirar a tener un mejor modelo de salud? ¿Cuáles son las características que tienen los mejores sistemas y como se podrían adaptar al contexto nacional? ¿Podemos pretender ascender en este ordenamiento? Frente a estas cuestiones, se considera que las respuestas son positivas y que este tipo de estudios son una hoja de ruta para lograrlo. Esto permite identificar las características particulares de cada sistema de salud para poder compararlos y así evidenciar los rasgos distintivos de aquellos que obtienen un mejor desempeño, aportando argumentos desde lo técnico que respalden propuestas de cambio en pro de sistemas que mejoren su capacidad de respuesta.
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