ACHC | Revista Hospitalaria del sector salud

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Marco legal y normativa sobre salud mental en Colombia

Colombia cuenta con varias normas que regulan temáticas de salud mental en el país. En 1998 la Resolución 2358 adopta la Política Nacional de Salud Mental y en el 2013 se expide la Ley 1616 o Ley de Salud Mental, cuyo objeto es garantizar el ejercicio pleno del derecho a la salud mental a la población colombiana, priorizando a NNA mediante la promoción de la salud y la prevención del trastorno mental, la Atención Integral e Integrada en Salud Mental en el ámbito del Sistema General de Seguridad Social en Salud.

La Ley 1751 del 2015, que regula el derecho fundamental a la salud, señala en el artículo 5 que el Estado es responsable de respetar, proteger y garantizar el goce efectivo del derecho fundamental a la salud y para tal fin se le ordenan una serie de obligaciones.

En el 2018 Colombia adopta la Política Publica de Salud Mental mediante la Resolución 4886, dando cumplimiento a uno de los indicadores del Plan de Acción de la OMS 2013-2020 para prevenir, tratar y rehabilitar un país que en salud mental presenta indicadores altos de trastornos mentales y consumo de sustancias psicoactivas (SPA).

Posteriormente, se adopta la Política Integral para la Prevención y Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas en la Resolución 089 del 2019. El documento Conpes 3992 del 2020 establece la Estrategia para la Salud Mental en Colombia. Y el Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021 y el Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031 incluyen directrices de promoción de la salud mental y prevención de la violencia.

Y la Ley 2294 del 2023 o Ley del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia potencia mundial de la vida”, incorpora varios artículos relacionados directamente con la salud mental: el artículo 166 que ordena la actualización de la Política Nacional de Salud Mental; el artículo 167 sobre atención en salud mental para el sector carcelario y penitenciario en Colombia, y el artículo 348 en la creación del Programa Nacional Jóvenes en Paz.

Capacidad instalada en servicios de salud mental en Colombia en el 2024

En Colombia, según el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS), se tienen 7100 instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) que prestan servicios de salud mental, de las cuales el 84% son IPS privadas y el 14% son IPS públicas (figura).

En el país se dispone de 17.708 camas para salud mental, el 85% de ellas en servicios de salud privados y el 15% en servicios de salud públicos. Bogotá, Antioquia, Santa Marta, Cundinamarca y Cesar cuentan con el mayor número de camas en servicios de salud mental (figura).

En cuanto a capacidad instalada, en Colombia se tienen servicios de salud mental para adultos y servicios de salud mental pediátricos; asimismo, se cuenta con servicios para atención a población con consumo de SPA tanto para para adultos como servicios pediátricos (tabla).

Y de acuerdo con el Observatorio de Talento Humano del Ministerio de Salud y Protección Social, en consulta del 25 de noviembre del 2024, en Colombia hay 31.409 profesionales en psicología, 1613 especialistas en psiquiatría, 52 psiquiatras de enlace y 115 psiquiatras pediátricos.

Avances en la actualización de la Política Nacional de Salud Mental

En el IV Foro “La realidad de la salud mental en Colombia: logros y desafíos de los territorios”, realizado el pasado 1.º de noviembre en Bogotá y organizado por la Procuraduría General de la Nación, la coordinadora del Grupo de Gestión Integrada de la Salud Mental del Ministerio de Salud, Nathalia Rodríguez, presentó los avances en la actualización de la Política Nacional de Salud Mental.

Se parte de considerar que el artículo 166 de la Ley 2294 del 2023-Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 “Colombia potencia mundial de la vida”, determina la orientación de la ruta a seguir en esa actualización. Dicho artículo establece:

Política Nacional de Salud Mental. El Gobierno, bajo la coordinación técnica del Ministerio de Salud y Protección Social y con la participación del Consejo Nacional de Salud Mental, actualizará la Política Nacional de Salud Mental individual y colectiva, en la cual se abordarán líneas estratégicas con acciones transectoriales de mediano y largo plazo que incidan en los determinantes sociales de la salud mental, por entornos de desarrollo, curso de vida, distinguiendo los enfoques poblacional, interseccional y territorial que complementen la promoción de la salud mental, la prevención, atención integral, rehabilitación e inclusión social de la población con afectaciones en salud mental, consumo problemático de sustancias psicoactivas y las situaciones de violencia. Esta Política deberá abordar también la eliminación del estigma y discriminación, el desarrollo de habilidades para la vida y competencias socioemocionales, y la identificación oportuna de problemas mentales. Así mismo, se realizará asistencia técnica articulada con las entidades territoriales del país, para la implementación de dicha política en articulación con la estrategia de atención primaria en salud y rehabilitación basada en la comunidad”.

Informó Nathalia Rodríguez que el año pasado se surtió el alistamiento, se avanzó en un diagnóstico amplio para identificar causas y problemas que demandan estrategias puntuales, en la formulación y validación, y ahora se trabaja en lo que será la implementación, la evaluación y el seguimiento.

En este proceso se han tenido espacios de participación en foros y encuentros territoriales con organizaciones de la sociedad civil para recibir recomendaciones sobre la construcción de propuestas de trabajo. Como resultado de ese proceso se tiene una definición construida de lo que es la salud mental hoy en día; se tienen 63 documentos de observaciones de la sociedad, 846 observaciones al documento y 553 observaciones al marco operativo para un total de 1399, todas las cuales se han respondido.

Durante este proceso se identificaron necesidades y prioridades de la población relacionadas con la salud mental. Esto permitió incluir a más de 20 poblaciones específicas dentro de la actualización y permitió definir unos ejes orientadores a partir de los 5 ejes de la Atención Primaria en Salud Mental, sus componentes y estrategias. Además, la elaboración del Análisis de Situación en Salud incluyó una mirada a partir de los determinantes sociales de la salud, los ODS y prioridades del actual Plan Nacional de Desarrollo.

Los elementos clave para actualizar en la política pública tienen que ver con la actualización de la definición de salud mental; los derechos de las personas con trastornos mentales, sus familiares y cuidadoras(es), en articulación con el sistema de cuidado; la promoción de la salud mental en materia de comunicaciones y entornos digitales que demandan atención; el acceso equitativo a los servicios de salud mental; los modelos de APS, de promoción-prevención y rehabilitación (PPyR), de Redes Integradas e Integrales en Salud (RIIS), de Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) con énfasis en salud mental, los Equipos Básicos de Salud y los procesos de Vigilancia Comunitaria; la atención a los problemas de poblaciones en condición de vulnerabilidad y víctimas que deben estar más visibles y articularse con otros mecanismos como la Ley de Víctimas actualizada; la participación inter y transectorial; la prevención del suicidio y del consumo de SPA y alcohol; la salud mental comunitaria que es una apuesta a reforzar y los factores protectores; la salud mental y el ambiente, y en emergencias y desastres; el sistema de Seguimiento y Evaluación, y el enfoque étnico y poblacional.

Se destaca en esta actualización que lo comunitario, las acciones de RBC y la necesidad de reducción de brechas de acceso en salud mental son el foco del proceso, por lo cual todo en su conjunto se encuentra en consonancia con el Modelo de Atención Primaria en Salud, la implementación de Equipos Básicos de Salud y centros de atención comunitaria, los cuales permitirán una cercanía con las personas que requieren los servicios y el acompañamiento.

Actualmente se avanza en el proceso de retroalimentación con el Consejo Nacional de Salud Mental del documento técnico que acompañará la expedición del acto administrativo; asimismo, el Ministerio de Salud y Protección Social avanza en el proceso de aprobación para la expedición del decreto correspondiente a la actualización de la política de salud mental.

En qué va la implementación de la Política Nacional de Salud Mental y Prevención de Consumo de Sustancias Psicoactivas

En dicho foro la Procuraduría General de la Nación presentó un análisis sobre el estado de implementación de las políticas de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas, resultado de un trabajo articulado entre la Procuraduría, Coodes y la firma de consultoría Gressa.

Se trabajó como línea de base la información recogida por la Procuraduría en los últimos años y luego se llegó hasta las entidades territoriales para entender cómo avanza la implementación de la Política Nacional de Salud Mental, con un enfoque de derechos humanos, enfoque de género y enfoque diferencial. Se concluyó que después de cinco años de implementación de estas políticas se ha avanzado de forma relevante en muchos temas y se abre camino a lo que traerá su actualización.

Los cinco ejes de la Política Nacional de Salud Mental son los siguientes: Promoción, Prevención, Atención, Rehabilitación e Intersectorialidad. En el estudio se indican los avances, lo que está en proceso y las alertas en estos ejes.

  • En planeación, evaluación y verificación: el 61% de los territorios han avanzado en la implementación de la política. Existen sistemas de información propios, hay vinculación de la sociedad civil y mantenimiento de RBC en algunos departamentos como estrategia diagnóstica.

Entre el 30 y el 60% está en proceso, por cuanto algunos de los departamentos generan indicadores en todos los ejes de la política en los planes de acción anuales; existe Consejo Departamental de Salud Mental como herramienta diagnóstica y de articulación, y hay vinculación de las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios de Salud (EAPB) a los procesos de planificación y evaluación.

Genera alerta que en menos del 30% de los territorios hay desarticulación del área de promoción y prevención con las áreas de Inspección, Vigilancia y Control (IVC), de prestación de servicios de salud y financiamiento; que la asistencia técnica periódica no es estable y no siempre tiene objetivos claros, y que la ruta integral de salud mental no se ha adaptado y no cuentan con planes territoriales de salud.

  • En promoción: más del 61% de los territorios avanzan en implementación de RBC, en entrenamiento en primeros auxilios psicológicos, y se trabaja en reducción de brechas en salud mental (MhGAP) en algunos departamentos como estrategia de formación para los Equipos Básicos de Salud.

Entre el 30 y el 60% tienen en proceso el desarrollo de estrategias comunitarias de cuidado al cuidador estables, se implementan acciones para mitigar el estigma asociado a la salud mental, y aquellas de mitigación consideran enfoques diferenciales, incluyendo aspectos étnicos y del curso de vida.

Y en menos del 30% genera alerta que el Programa Atención Psicosocial y Salud Integral a Víctimas tiene un componente de promoción en salud mental, pero hay poca o ninguna articulación con este. No hay identificación de espacios seguros para NNA para la promoción de su salud mental, y no se cuenta con acciones de promoción de cuidado de la salud mental basadas en la evidencia y articuladas con otros sectores.

  • En prevención: más del 61% de los territorios tienen campañas de movilización comunitaria, hay vinculación de grupos de apoyo comunitario y líneas de atención en salud mental 24/7.

Entre el 30 y el 60% tienen en proceso la implementación de estrategias de prevención en salud mental, de prevención integral no limitadas únicamente al suicidio sino que aborden diversos problemas y trastornos en salud mental, y que las acciones preventivas se extienden a múltiples áreas de la salud mental, buscando un enfoque más completo de los diversos trastornos.

Genera alerta que en menos del 30% de los territorios no existe una estrategia clara para acciones de prevención en salud mental, que las campañas de comunicación son el principal enfoque de prevención y, en ocasiones, el único, y que no se identifica ni vincula adecuadamente a ciertas poblaciones vulnerables (gestantes, cuidadores, personas con discapacidad y personas privadas de la libertad) con acciones en salud mental.

  • En atención: en más del 61% de los territorios hay mesas de trabajo con EAPB para verificar el cumplimiento de actividades, hay diseño conjunto de acciones para ayudar a mitigar la brecha de atención en zonas rurales y se implementan equipos de atención que se desplazan a la comunidad para brindar servicios de salud.

Entre el 30 y el 60% tienen en proceso la vinculación de los profesionales de las EAPB en el desarrollo de capacidades territoriales en salud mental, las brigadas en concurrencia que movilizan mecanismos de atención de las IPS y algunos departamentos cuentan con estrategias diferenciales de trabajo con las Secretarías Municipales de Salud.

Genera alerta que menos del 30% tiene deficiencia en recurso humano porque hay una escasez de profesionales en salud mental, lo que limita la atención adecuada; existen barreras administrativas y actitudinales que dificultan el acceso a la prestación de servicios de salud, y falta evaluación y articulación porque no se evalúa la pertinencia de los tratamientos ni hay articulación con el sistema Inpec, y la división de roles en las Secretarías de Salud es excluyente para la atención en salud mental.

  • En rehabilitación: más del 61% trabajan en mitigación de brechas, haciendo buen uso de la RBC; hay enfoque diferencial porque se diseñan procesos de rehabilitación que consideran un enfoque diferencial en ciertos casos, y es importante la RBC, pues hay experiencias valiosas de su implementación efectiva para mejorar la atención en rehabilitación.

Entre el 30 y el 60% tienen en proceso el mantenimiento de la estrategia RBC en funcionamiento, el cierre de la desigualdad en la implementación porque existe una disparidad en la continuidad de la estrategia entre los diferentes departamentos capacitados, y aunque todos recibieron capacitación inicial en esta metodología, no todos la han sostenido.

Genera alerta que en menos del 30% no hay suficientes IPS de tratamiento para los trastornos por consumo de SPA, no se evalúa la pertinencia ni calidad de los mecanismos de rehabilitación, y no se realiza acompañamiento a procesos de reinserción social.

  • En intersectorialidad: más del 61% de los territorios diseñan estrategias conjuntas entre salud y educación para el desarrollo de competencias socioemocionales, hacen prevención del matoneo en ambientes escolares y el Consejo Departamental de Salud Mental se dedica a la salud mental y la gestión de estupefacientes, fortaleciendo la colaboración intersectorial.

Entre el 30 y el 60% tienen en proceso la formación en MhGAP y RBC, fuera del sector salud, la cualificación de orientadores escolares y agentes educativos, y la vinculación de acciones con el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente.

Genera alerta que menos del 30% sigue considerando al sector salud como el único responsable del cuidado de la salud mental, falta sensibilización estatal porque no todos los sectores estatales están sensibilizados sobre la importancia de la salud mental y su papel en su promoción, y los incentivos y la vinculación son limitados porque los estímulos para fomentar la articulación en el cuidado de la salud mental no son tangibles y hay una falta de intervención del sector empresarial en este ámbito.

“Se necesita un compromiso más riguroso con la salud mental en Colombia” Rodrigo Córdoba

Rodrigo Córdoba, profesor de la Universidad del Rosario y miembro del Board de la Asociación Mundial de Psiquiatría, afirma que ante la problemática creciente de la salud mental en Colombia es urgente una intervención más comprometida de todos los sectores involucrados.

“Cuando uno ve un incremento en la demanda de los servicios de atención en salud mental, 35% en adultos, 60% en NNA, sin duda tenemos que mejorar las rutas de acceso, fortalecer los modelos de atención, capacitar profesionales en salud mental para que hagan parte de equipos direccionados por los psiquiatras. Además que el Gobierno, los aseguradores, los prestadores, en general los actores del sistema de salud comprometan una posición mucho más rigurosa con el mejoramiento de la salud mental que hoy en día es un problema de política pública”.

Córdoba explica que, a pesar de que siguen existiendo limitaciones importantes en el acceso a los servicios de salud mental en el país, debe reconocerse que se han logrado avances: “gracias a un trabajo mancomunado que ha comprometido no solo la política pública del Gobierno sino también la motivación de los medios de comunicación, sin duda hemos conseguido mejorar el acceso y hay unas rutas integrales de atención”.

Pero alertó sobre la persistencia de dos problemas grandes: “por un lado el subdiagnóstico, porque definitivamente muchas personas se quedan sin recibir un diagnóstico, y muchos de ellos si lo reciben se quedan sin el manejo adecuado; y de otro lado, el gran inconveniente del desabastecimiento de medicamentos que se está presentando para los trastornos que nosotros manejamos, hace más complejo el tratamiento”.

El profesor Córdoba también señala que en Colombia se están adelantando algunos estudios para actualizar la información sobre el tema: “por ejemplo, tenemos la Cuarta Encuesta Nacional de Salud Mental publicada en el 2015, que mostraba que 1 de cada 10 colombianos ha tenido, tiene o tendrá en algún momento de su existencia una enfermedad mental que incida sobre su calidad de vida. Y lo segundo, si tomamos el estudio de la OPS sobre carga de enfermedad, es decir, los años de vida ajustados por discapacidad, si el 59% corresponde a enfermedades no transmisibles, la quinta parte corresponde a trastornos mentales, neurológicos, abuso de sustancias o suicidio. Necesitamos actualizar esa información”.

En cuanto a la existencia de especialistas capacitados para la atención, Córdoba señala que en Colombia se tienen alrededor de 1400 psiquiatras, de los cuales 180 son del área pediátrica y más o menos unos 70 de enlace en los hospitales generales: “todavía tenemos un vacío significativo frente a las recomendaciones de la OMS, de tener 5 psiquiatras por cada 100.000 habitantes. Por eso creo que se debe tener una mirada mucho más amplia, debemos capacitar a los psicólogos clínicos y a las enfermeras que podrían ayudarnos a cumplir una tarea muy significativa en ese sentido”.

Frente a la propuesta de la RBC, Córdoba señala que todavía sigue siendo un reto y una tarea pendiente en Colombia, porque la llegada y el desarrollo de esta estrategia todavía no es suficiente. Finalmente, el profesor hizo una convocatoria urgente para que todos los colombianos nos unamos alrededor de las campañas de prevención del suicidio: “el incremento de cifras geométricas de los suicidios en el país, sobre todo en personas jóvenes e incluso en niños, nos obliga a comprometernos de manera conjunta en esa tarea”.

Clínica Montserrat aumentó el 40% su capacidad instalada ante demanda creciente de servicios
La Clínica Montserrat es la única institución privada especializada en salud mental acreditada en Bogotá y la segunda en el país. En el 2023 se convirtió en el Hospital Universitario número 23 y el primero formalmente reconocido como especializado en salud mental. Y este año recibió el galardón Hospital Seguro de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), siendo la primera institución especializada en salud mental en recibirlo.

Para responder al aumento exponencial de la demanda de servicios de salud mental en la pandemia y la pospandemia entre el 2020 y el 2022, el Instituto Colombiano del Sistema Nervioso-Clínica Monserrat amplió en cerca del 40% su capacidad instalada en hospitalización y consulta externa.

Omar Cuéllar Alvarado, director de la clínica, señala que desde antes de la pandemia ya se observaba esa curva creciente en la necesidad de atenciones en salud mental, que se disparó durante y después de la emergencia sanitaria: “no solamente a nivel institucional sino a nivel local, regional y mundial se observó un crecimiento de estas necesidades que llevaron al aumento constante de la consulta y a requerir mayores atenciones relacionadas con temas de salud mental. Ante ese crecimiento de la demanda de atención tuvimos que hacer una ampliación de la capacidad instalada en todos nuestros servicios de hospitalización y consulta externa casi en un 40%”.

Agrega que especialmente en el periodo 2021-2022, en plena reapertura económica después de la pandemia y luego de la retracción durante los confinamientos, se ocasionó un efecto rebote sumado al estrés colectivo de la sociedad que generó unas grandísimas necesidades de atenciones en salud mental que se ha mantenido a lo largo del tiempo en una curva creciente y que se ve reflejado en todos los servicios.

“Hace cinco años teníamos dos sedes y en la actualidad abrimos una tercera. Cuando recibí esta administración teníamos 75 camas de hospitalización en la sede principal, hoy tenemos 116 camas que incluyen una Unidad de Cuidados Intensivos adicional; es decir, tenemos dos Unidades de Cuidado Agudo Psiquiátrico que suman 30 camas, una Unidad de Cuidado Intermedio con 10 camas y una Unidad Infanto Juvenil con 20 camas. Todo esto lo hemos venido construyendo en los últimos años”, indicó el directivo.

Un aumento de la demanda se dio especialmente en la atención a menores de edad, frente a lo cual señala Cuéllar Alvarado: “antes aquí no había unidades especializadas para menores de edad, porque hace 6, 7 u 8 años era muy raro ver pacientes menores de edad hospitalizados, especialmente menores de 16 años; hoy en día tenemos un número habitual promedio entre 25 y 30 pacientes menores de edad hospitalizados, por lo que a pesar de tener una unidad especial de 20 camas no estamos dando abasto para atender a los que nos llegan”.

La segunda sede de la Clínica Montserrat, que funciona desde hace 30 años, es el Centro de Rehabilitación de Adicciones Campoalegre, el cual pasó de tener 11 a 17 camas y maneja ocupaciones elevadas. También ha venido creciendo la demanda de servicios en este programa, jalonada por el aumento del consumo de SPA.

Explica el director que ante el requerimiento de prestar más servicios, dada la creciente curva de necesidades de atención, hace dos años trasladaron todos los servicios ambulatorios a una tercera sede donde se tienen 16 consultorios de consulta externa de psiquiatría, salud mental y actividades relacionadas con todas las subespecialidades en psiquiatría, adicciones, pareja, familia, psicogeriatría, niños y adolescentes, terapia ocupacional, consulta de psicología, consulta de neuropsicología, psicoterapia, todas las consultas de primera vez y controles de psiquiatría.

Asimismo, se ofrece el servicio de Clínica Día, un programa de semihospitalización en clínicas diurnas especializadas donde el paciente llega a las 9 de la mañana y, dependiendo del programa, permanece mediodía o la jornada completa. En este programa se hace énfasis en el seguimiento ambulatorio, en la adaptación poshospitalaria y otros aspectos puntuales.

Explica Cuéllar Alvarado: “con este traslado a la nueva sede triplicamos la capacidad instalada de servicios ambulatorios, o sea, triplicamos el número de pacientes que estábamos atendiendo y que podemos recibir en las clínicas diurnas desde hace dos años. Así, la Clínica Monserrate quedó solo con hospitalización y consulta de urgencias; todos los servicios ambulatorios de consulta externa y clínica diurna quedaron en el nuevo edificio y se mantiene el Centro de Rehabilitación de Adicciones en Campoalegre”.

Las cifras de aumento en las modalidades de consulta son las siguientes: consulta externa, incluyendo prioritaria y programada, cerró en el 2021 con 9907 consultas, mientras al 30 de septiembre del 2024 registró 14.764 consultas. Se estima que al agregar las atenciones de octubre, noviembre y diciembre, muy seguramente este año cierre con 17.000 o 18.000 consultas, casi el doble de consulta en todas sus modalidades.

En hospitalización se pasó de 29.413 noche/cama/día de hospitalización en el 2021 a 26.296 al 30 de septiembre del 2024. Considerando que el 2023 cerró con 35.364 noche/cama/día hospitalizados, se espera que en los tres últimos meses del año, que son bastante congestionados, se supere esa cifra de hospitalización en todas las modalidades. Indica el director de la clínica que realmente ha habido un crecimiento muy importante, que ha sido mucho más alto en los servicios ambulatorios porque la gente consulta más.

Y otra modalidad de atención que creció de manera exponencial fue la consulta virtual: “una de las ventajas que nos dejó la pandemia fue la virtualidad, que permite que mucha gente consulte con más facilidad, permitiendo llegar a otras regiones y lugares fuera de la ciudad. En psiquiatría tenemos la ventaja de que mucha parte del trabajo consiste en hablar con el paciente, escucharlo, entonces la virtualidad se presta para buena parte de ese ejercicio. Entre un 15 y un 25% de las modalidades de consulta en sus diferentes formas de prestación se lleva a cabo a través de consulta virtual”, explica Cuéllar Alvarado.

Entre los diagnósticos más frecuentes, el 60% de las atenciones en las diferentes modalidades de hospitalización y consulta externa son trastornos del afecto, y dentro de estos la depresión mayor representa entre el 50 y el 60% de la consulta. Los trastornos de ansiedad también se ubican en ese gran grupo, pues muchas veces son trastornos comórbidos; la depresión y la ansiedad colindan de manera recurrente. Entonces el 60% de la atención en la clínica es para trastornos de ansiedad y trastornos depresivos.

Responsabilidad social empresarial en salud mental

Esta institución fundada hace 73 años empezó a abrirse a la comunidad hace 5 años con actividades de responsabilidad social empresarial, para atender al interés creciente de la gente de recibir información sobre cuidado de la salud mental. En estos años se desarrollaron varias líneas de trabajo, una de las cuales son las intervenciones en cerca de 100 colegios públicos y privados de Bogotá; desde psiquiatría infantil asesoran a los equipos docentes y al personal de psicología en temas de salud mental, líneas de atención y cómo buscar ayuda.

Y con multinacionales y empresas nacionales que se han percatado de que el estrés en el sitio de trabajo impacta a los trabajadores, se hacen actividades terapéuticas y de desestigmatización de la salud mental. En reconocimiento a esta labor con la comunidad empresarial, el Grupo Gelsa le otorgó en noviembre pasado el Premio Transformando País a la Clínica Montserrat, seleccionada entre más de 1000 empresas.

Con la campaña “Sin miedo a hablar” instalan tropezones en lugares estratégicos de instituciones de salud y escenarios públicos, con personas que llevan unos mensajes para hacer reflexionar al público sobre los cuidados de su salud mental. Frases como “he pensado en morirme y no le he contado a nadie en mi familia” son mensajes impactantes para sensibilizar sobre circunstancias en las que se debería buscar ayuda. Esta campaña ha sido muy exitosa y se ha llevado a muchos escenarios como el Congreso de la República.

Asimismo, en la Clínica Montserrat surgió el Observatorio de Salud Mental Positiva de la iniciativa de José Posada, experto en psiquiatría social, con el ánimo de hacer trabajo no solamente clínico y asistencial sino también comunitario. El Observatorio trabaja con la metodología de la salud mental positiva surgida en Canadá hace unos 50 años, que propone hablar de los determinantes sociales que impactan en la salud mental de la población y allí se analizan diferentes temas y se cruzan datos de fuentes oficiales para llegar a conclusiones con respecto a la salud mental; luego se llevan esos datos para facilitar la toma de decisiones desde la política pública. Ahora en el Consejo Consultivo Distrital de Salud Mental de Bogotá se trabaja en la implementación de la Política Pública Distrital de Salud Mental y se está aprovechando esa información recolectada en el Observatorio.

Colombia debe aumentar la inversión en salud mental

Reitera Cuéllar Alvarado que desde antes de la pandemia ya se observaban necesidades crecientes en materia de salud mental en la población y que estas se dispararon en los últimos años. Por ello considera prudente que desde el direccionamiento público respectivo y los creadores de la política pública, se busquen mayores recursos para atender dichas demandas.

“Hace dos años la OMS dijo que los presupuestos para salud mental en los presupuestos nacionales de salud de manera general en el mundo no eran más del 3%. Era un llamado de la OMS a los gobiernos, de que cómo era posible que con un estrés creciente y colectivo que vivió la población durante y después de una situación pública como la pandemia, los gobiernos no estuvieran invirtiendo en salud mental. Colombia no es ajena a esta situación, pues a pesar de que tiene una Ley de Salud Mental y hay una propuesta de reforma a esa ley en el Congreso, los legisladores deben promover todo lo relacionado con el cuidado de la salud mental de la población; pero no es solo atender la salud mental, sino atender toda esa multiplicidad de factores que nos impactan desde los determinantes sociales. Es un trabajo multidisciplinario de brindarle seguridad y garantías al ciudadano que le permitan crecer en un entorno lo más tranquilo posible para poder desarrollar todas sus actividades.

Es una invitación al Gobierno nacional, al Congreso de la República y a los encargados del diseño de políticas públicas de pensar todos esos factores, porque mientras exista más estrés, la población se enfermará más en temas mentales”, concluyó Cuéllar Alvarado.