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La Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares y Philips hacen un llamado a ampliar el acceso a los cuidados que salvan vidas en caso de accidente cerebrovascular
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Philips, uno de los líderes mundiales en tecnología de salud, y la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares (WSO, por sus siglas en inglés), la única organización no gubernamental mundial centrada en los accidentes cerebrovasculares, publicaron recientemente un documento de orientación en el que hacen un llamado a una revolución en la atención de los accidentes cerebrovasculares que marque una diferencia real en la vida de millones de personas y aporte importantes beneficios económicos en todo el mundo.

Un accidente cerebrovascular suele ser un acontecimiento agudo, en la mayoría de los casos causado por la obstrucción de un vaso sanguíneo del cerebro que impide el riego sanguíneo adecuado al tejido cerebral y provoca la pérdida permanente de células cerebrales. Es una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo y se calcula que afecta cada año a 12.000.000 de personas a escala global, entre ellas un número cada vez mayor de jóvenes. Los costos directos e indirectos se estiman, de forma conservadora, en unos 900.000 millones de dólares anuales y se espera que casi se dupliquen en los próximos 25 años.

Gracias a las nuevas tecnologías, procedimientos y conocimientos clínicos, el infarto cerebral puede prevenirse, tratarse e incluso revertirse si el tratamiento se inicia con rapidez. Sin embargo, a pesar de contar con una sólida base de evidencia, el gasto en atención médica y la financiación de la investigación son insuficientes para avanzar en la atención de este evento y, en consecuencia, el acceso al tratamiento oportuno sigue siendo limitado y persisten enormes disparidades.

El documento conjunto de la WSO y Philips, “Es hora de una revolución en la atención al infarto cerebral”, propone seis intervenciones políticas para mejorar los resultados y reducir los costos directos con ahorros potenciales sustanciales, liberando recursos esenciales para otras prioridades en los sistemas de atención de salud que atraviesan dificultades:

  1. Establecer objetivos e indicadores de calidad, evaluar las carencias actuales y priorizar la atención al infarto cerebral en los planes de salud globales, nacionales y regionales.
  2. Ampliar e invertir en infraestructuras para los servicios esenciales de accidentes cerebrovasculares, incluidas las unidades de accidentes cerebrovasculares y la trombólisis intravenosa.
  3. Ampliar e invertir en infraestructuras (de capital) para servicios avanzados de accidentes cerebrovasculares (por ejemplo, trombectomía mecánica).
  4. Aumentar las habilidades necesarias en el talento humano de salud.
  5. Garantizar que los modelos de pago ofrezcan un reembolso adecuado de los cuidados esenciales y avanzados del accidente cerebrovascular.
  6. Desarrollar una estrategia para materializar el ahorro potencial de los cuidados esenciales y avanzados del infarto cerebral agudo.

La inversión en centros de atención al infartado y en los tratamientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la trombectomía mecánica, una técnica mínimamente invasiva para eliminar el coágulo de la arteria cerebral causante del infarto, tiene el potencial de mejorar cientos de miles de vidas. Los ensayos clínicos demuestran que la trombectomía mecánica es un tratamiento muy eficaz para los accidentes cerebrovasculares más debilitantes que, cuando se emplea a tiempo, su impacto es tal que los accidentes cerebrovasculares graves se han convertido en “curables”.

Sin embargo, el acceso a la trombectomía sigue siendo la excepción en lugar de la norma en la atención mundial del infarto cerebral. Por ejemplo, aproximadamente el 7% de todos los pacientes con accidente cerebrovascular isquémico en la región europea recibieron este tratamiento en el 2019. Los responsables políticos tienen una oportunidad crucial para acelerar el despliegue de estos cuidados esenciales y avanzados del accidente cerebrovascular, junto con la infraestructura asociada necesaria y la política de apoyo.

Sheila Martins, presidenta de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares, señala: “El impacto de la trombólisis y la trombectomía en los resultados de los pacientes con accidente cerebrovascular ha quedado establecido desde hace más de una década. Las investigaciones más recientes también han demostrado la rentabilidad de estos tratamientos en países de renta baja, media y alta. Invertir en la atención de los accidentes cerebrovasculares agudos ofrece a los gobiernos una oportunidad inmejorable para reducir la carga que suponen los accidentes cerebrovasculares para las personas y la sociedad, así como para cumplir su compromiso con el [Objetivo de Desarrollo Sostenible] ODS 3 de las Naciones Unidas. El momento de actuar es ahora”.

Por su parte, Carla Goulart Peron, directora médica de Philips, señala: “El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo. La carga que supone el infarto cerebral para los pacientes, sus familias, el sistema de atención de salud y la sociedad es enorme. Ha llegado el momento de adoptar un enfoque coordinado para revolucionar la atención al infarto cerebral, aunando esfuerzos en inversiones en atención y tratamiento, infraestructuras, concienciación y un enfoque en la elaboración de políticas eficaces. Los beneficios son considerables, tanto para los sistemas de salud como para las sociedades, y lo que es más importante, para ofrecer una mejor atención a millones de pacientes en todo el mundo”.

Philips y la WSO firmaron en octubre del 2023 un acuerdo de colaboración de dos años centrado en la defensa, la educación y la concienciación sobre el accidente cerebrovascular como un desafío para la atención de salud en todo el mundo.