En pleno corazón de la capital colombiana donde la vida moderna se desarrolla a un ritmo frenético, el Hospital Universitario de La Samaritana (HUS) ha sido un faro de esperanza y cuidado para muchas personas, sobre todo para las clases menos favorecidas del departamento de Cundinamarca.
Ha pasado casi un siglo desde que la entidad abrió sus puertas
Desde 1933, la Institución se ha caracterizado por ser un pilar fundamental de la salud y la educación médica en el país, transformando vidas, contribuyendo al bienestar de la sociedad con 90 años de excelencia médica, y forjando un legado en la comunidad y la nación.
A lo largo de su rica historia, el HUS, junto con sus colaboradores, ha vivido varias etapas de crecimiento, lo cual ha permitido adaptarse y ser un gran sobreviviente del tiempo y del territorio que lo rodea.
Compromiso social y comunitario
Su fundador, el profesor Jorge Enrique Cavelier Jiménez, no solo tuvo la idea de crear la primera institución de Higiene Social de Cundinamarca con especialidad en el tratamiento y control de las enfermedades de transmisión sexual, sino que además eliminó su estigma, cambiando el imaginario de la sociedad colombiana y contribuyendo así a la salud pública de Cundinamarca.
Con esta gran visión de futuro, la infraestructura fue creciendo y, con ella, las personas que trabajaban en el Hospital. En 1945 ya se habían terminado las obras de los seis pisos y con ellos aumentaron los servicios y especialidades de tratamiento de otro tipo de enfermedades.
Formación de profesionales de la salud
El profesor Cavelier y su equipo capacitaron y prepararon a médicos y enfermeras, pero también a las mujeres en general, creyendo firmemente en el poder de las campañas educativas para combatir los problemas de salud pública que existían en aquel entonces. El poder de la educación y la investigación científica fue inspirador para que el fundador y gerente tomara la decisión de convertir la entidad de salud en un hospital universitario, vislumbrando la importancia del desarrollo académico según lo expresado en su informe de gestión de 1944:
La creciente necesidad de proporcionar a las generaciones nuevas, campos vastos de estudiantes de investigación que vayan paralelos con el desenvolvimiento cultural y técnico de la nación y que den a ésta señalado sitio al lado de los países avanzados, crea el ineludible deber de hacer de los centros hospitalarios instituciones docentes, que se salgan de la rutinaria concepción que limita sus actividades a los linderos terapéuticos para conceder entrada franca a quienes deseosos de obtener enseñanzas prácticas, utilicen los elementos humanos y materiales que las instituciones puedan prestarles en beneficio de su perfeccionamiento cultural.
Una de las publicaciones que aportó a la formación de profesionales en la salud fue la Revista del Hospital de La Samaritana, la cual publicó su primer número en 1948, cuyo primer jefe de redacción fue el doctor Guillermo Nieto Cano. Ya en 1955, la Institución de salud de alta complejidad y con carácter científico se convirtió en el Hospital Universitario de La Samaritana.
Por estar ubicado en la zona de La Hortúa, hizo parte de un ambicioso y visionario proyecto llamado Ciudad Salud para mejorar el acceso a la atención médica, fomentar la movilidad sostenible y desarrollar espacios verdes. En el 2001, la Alcaldía Mayor de Bogotá declaró bien de interés cultural al HUS en reconocimiento a su estilo arquitectónico de comienzos del siglo XX.
El futuro de La Samaritana
El Hospital Universitario de La Samaritana (HUS) hace parte de los mejores del mundo, encabezando la salud pública y universitaria del departamento de Cundinamarca. Actualmente, esta entidad presta servicios de nivel III y IV de alta complejidad.
El HUS está acreditado en salud y certificado como hospital universitario con altos estándares de calidad. La red samaritana tiene una capacidad instalada en infraestructura de 477 camas disponibles; 13 salas de cirugías; 3 salas de parto; 85 camillas de urgencias; 14 consultorios de urgencias; 77 consultorios de consulta externa; 17 salas de procedimientos, y 11 sillas de Hemodiálisis. Además, está conformada por la Unidad Funcional de Zipaquirá, el Hospital Regional de Zipaquirá, el Centro de Salud de Cogua y el puesto de salud de San Cayetano.
Actualmente, el HUS cuenta con servicios especializados y supraespecializados como los siguientes:
Como hospital universitario, es un referente por tener buenas prácticas de calidad y seguridad. Asimismo, apoya la formación continua y avanzada de sus colaboradores para afianzar las competencias técnicas, administrativas y de servicio, con el fin de brindar una atención con una experiencia de servicio memorable. Además, por medio de la investigación el HUS busca generar siempre nuevos conocimientos.
Bajo ese escenario, la institución continuará en este camino sobresalir con el aporte que, con su arduo trabajo, le brinda a la sociedad, respondiendo a la confianza depositada por miles de personas que acuden cada año a la institución convencidos de que están bajo el cuidado de los mejores.
Hacer realidad todos estos propósitos permitirá avanzar y continuar siendo una red samaritana universitaria segura y humanizada.
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