El tema central del presente número de Hospitalaria es la presentación de los principales resultados de algunos de los más importantes estudios que comparan y clasifican a las instituciones prestadoras de servicios según diferentes criterios de evaluación. Estos rankings adelantados por observatorios, centros de investigación y destacados medios de comunicación, regionales y globales, desde hace varios lustros presentan sus resultados año tras año y se han convertido en una de las noticias más esperadas por el sector que presta servicios de salud en todo el mundo. El caso colombiano es digno de destacar, pues no solo hay nombres en los listados globales, sino que en algunos de los estudios la presencia de nuestras instituciones ha llegado a ser no solo creciente sino mayoritaria. 

Una nutrida presencia de hospitales, clínicas e instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) colombianas significa que el trabajo constante pensado para mejorar la calidad de la atención, la seguridad en los procesos, la investigación y la docencia con excelencia, la actualización tecnológica y los mejores desenlaces sanitarios viene alcanzando los niveles esperados. La buena noticia no solo pasa por el número de instituciones destacadas; también pasa por la mezcla de instituciones. En las diferentes clasificaciones ya es habitual encontrar nombres de instituciones sin ánimo de lucro, privadas puras y públicas; también entidades de los grandes centros urbanos y muchas de ciudades medianas. Se puede hallar centros asistenciales altamente especializados y otros generalistas, algunos con cercanía a las academias y otros dedicados a actividades de investigación o de atención primaria. 

Hemos querido darle cabida a voces e imágenes de entidades desde las más destacadas hasta aquellas que han alcanzado a clasificar y ser visibles; en cada una de ellas hay historias que contar, esfuerzos que destacar e ideación que compartir. Si bien hay unos nombres constantes en los puestos de privilegio hay otros que recién llegan y tienen mucho mérito. La intención es recordarle a todo el sector que las instituciones siguen avanzando a pesar del contexto de país y sistema.

Y en este punto queremos llamar a la reflexión a la sociedad y a nuestro sector. En estos momentos, en los que nuevamente se discute la reforma al sistema de salud y se agudiza la polarización sectorial, bien valdría la pena tratar de entender cuáles son las luces visibles en nuestra cotidianidad. Pareciera que muchos de los que intervienen en el debate sanitario solo quisieran hablar desde la oscuridad o, a duras penas, desde la penumbra. Los titulares en los medios de comunicación se concentran en la crisis y el caos, en las negaciones, en todo lo que falta y, claro, como bien sostenemos en muchas intervenciones públicas, la cronicidad de la problemática es evidente y también la agudización de los problemas. Sin embargo, pareciera que el sistema es incapaz de reconocer señales como las que dan nuestras entidades y que amplificamos desde el gremio. El escaso reconocimiento de los rankings no es el único ejemplo para sustentar esa falta de agudeza visual; lo mismo sucede con algunos de los trabajos destacados que se hacen desde la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC). Se pasa muy rápido sobre los resultados de tantas entidades que logran la acreditación o las múltiples versiones del Galardón Nacional Hospital Seguro, acción que ha creado una cultura organizacional en muchas entidades; del éxito de la primera cohorte de instituciones con programas de agregación de valor, que fue tan positivo el impacto que motivó el inicio de trabajos de una nueva cohorte con más de 50 instituciones y más de 300 profesionales en proceso de aprendizaje. Otro ejemplo luminoso adicional, potente y actual, es la convocatoria del VIII Foro de Soluciones Exitosas e Innovación, concurso que convocó a todos los afiliados y que al final nos conduce a una plenaria con cerca de 60 entidades exponiendo 86 casos de éxito que están listos para convertirse en punto de referencia y comparación. Esas luces tienen que verse, en medio de la oscuridad y de los desencuentros. Nosotros, desde la ACHC, vamos a continuar cumpliendo ese papel de buscadores de mejores prácticas, de extractores de buenas ideas y de faro, para que las demás entidades se dejen guiar; esto por supuesto necesita voluntad para ver las señales, advertir las luces, entender que hay unas estrellas que brillan constantemente y hay otras luminarias que se van sumando con menos intensidad, pero ya son visibles. 

No se puede subestimar la complejidad del momento, pero en estas circunstancias es cuando más mérito tiene la gestión de la generosidad, la búsqueda de ejemplos y de esos héroes cotidianos que no han olvidado nuestra misión perpetua y nuestro ánimo fundacional: atender bien, atender mejor, asistir con calidad, curar, recuperar niveles de salud, acompañar en el dolor, dar confianza en medio de la incertidumbre, aliviar la existencia del que sufre. 

Por último, la implementación de mecanismos para atender la coyuntura debería darse de manera paralela a la discusión de la reforma a la salud. Algunos elementos del plan extraordinario de liquidez han sido aceptados por el Gobierno nacional y darán alivios parciales. La reforma por su parte propone elementos valiosos como el punto adicional del producto interno bruto (PIB) para gasto sanitario, las incorporaciones de las nuevas fuentes de financiación, así como los mecanismos de saneamiento de IPS; ojalá cuenten con el análisis y discusión necesarios para beneficio del sector. 

Que las luces sigan brillando en el sector de hospitales, clínicas y prestadores de servicios de salud depende en gran medida de la capacidad de todo el sistema, del Gobierno y del Congreso para resolver la ecuación de crisis, coyuntura, transición y reforma en simultánea.