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CIFRAS DEL PAÍS
Trabajo infantil en Colombia, un fenómeno que persiste
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Mientras en el mundo la problemática del trabajo infantil afecta aproximadamente a 138 millones de niños, en Colombia más de 311.000 menores de edad estuvieron vinculados a actividades laborales en el 2024. Y al ampliar la definición para incluir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado con una dedicación semanal de 15 horas o más, la cifra asciende a cerca de 850.000 niños que laboran en el país.

Así lo reveló un informe de los microdatos del Módulo de Trabajo Infantil de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que expone la evolución del fenómeno en Colombia y una caracterización del trabajo infantil por algunas variables de desagregación (sexo, zona, rango etario y territorios), para el periodo 2022-2024.

De acuerdo con el informe, el fenómeno de trabajo infantil en Colombia persiste y afecta a cientos de miles de niños y adolescentes, especialmente a las mujeres, a las niñas y adolescentes mujeres, y a aquellos menores de edad ubicados en la ruralidad.

En el 2024, la tasa nacional de trabajo infantil se mantuvo en el 2,9 % (igual que en el 2023, aunque inferior al registro del 2022 que se ubicó en el 3,4 %). En cifras, esto se traduce en que más de 311.000 niños colombianos estuvieron laborando en el 2024 y que al incluir a aquellos que hicieron el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado de 15 horas o más a la semana, la cifra asciende a unos 850.000 niños y jóvenes que trabajan.

En este aspecto aumenta considerablemente la brecha de género en contra de las mujeres: mientras que en el trabajo infantil un mayor porcentaje de niños y adolescentes hombres trabajan (para el 2024 fue del 3,8 %), en mujeres la participación fue menor e igual al 1,9 %. Pero al considerar actividades de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, la brecha de género se convierte en negativa: por ejemplo, en el 2024 la Tasa de Trabajo Infantil Ampliada por Trabajo Doméstico y de Cuidado no Remunerado (TTIADC) en hombres fue del 8 % y en mujeres del 13,6 %, lo que representa una brecha en contra de las mujeres de 5,6 puntos porcentuales (pp). Por tanto, en el país persisten brechas de género, especialmente en el trabajo doméstico y de cuidado, donde las niñas presentan tasas de participación mucho más altas que los niños.

La figura 1 da cuenta de la TTIADC que mide la relación porcentual entre la población de 5 a 17 años que trabaja, más la que no trabaja y reporta que se dedica al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en su hogar por 15 horas o más a la semana, con respecto a la población total en el mismo rango etario.

Por su parte, la figura 2 muestra los mismos indicadores, pero en valores absolutos.

Según el rango etario, son los adolescentes (de 15-17 años) quienes más se dedican al trabajo infantil, así como a actividades de trabajo doméstico y cuidado no remunerado que los más jóvenes (niños de 5-14 años). Sin embargo, estas brechas etarias se reducen para el periodo 2022-2024, lo que en principio no es tan positivo considerando que los primeros años de vida son vitales para el crecimiento y el desarrollo cognitivo, socioemocional y pleno de los menores de edad (LEE, 2024) (tabla 1).

Según el informe, el principal determinante del trabajo infantil es que a los menores de edad les gusta trabajar para tener sus propios recursos: en el 2024 esto correspondió al 40,6 %. La segunda razón más importante que motiva a esta población a trabajar es la obligación de participar en la actividad económica de la familia (en el 2024 la participación por esta razón se ubicó en el 30,4 %). Y el tercer determinante es que deben ayudar con los gastos de la casa y con los gastos de su estudio: en el 2024 su participación porcentual fue del 20,3 %. Con menos importancia está la percepción de que el trabajo los forma, los hace honrados y los aleja de vicios (con una participación del 7,1 % para el 2024) (figura 3).

En el 2023 el porcentaje de niños, niñas y adolescentes que trabajaron y manifestaron que también estaban estudiando bajó al 52,1 % (en el 2022 era el 56,9 %) y para el 2024 aumentó al 54 %. Es decir, 54 de cada 100 niños y jóvenes en trabajo infantil asisten al colegio y 46 no lo hacen, siendo un fenómeno altamente preocupante por sus efectos a largo plazo que trae consigo la desescolarización de esta población (figura 4).

En promedio, en los últimos 3 años, 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes trabajan 30 horas o más a la semana. Para el 2024, el 42,4 % dedica 30 horas o más, el 31,4 % entre 15 y 29 horas, y el 26,1 % menos de 15 horas. Como en el 2022 la mayor dedicación (30 horas o más a la semana) era del 37,9 %, para el 2024 representó un incremento de 4,5 pp (figura 5).

Por otra parte, según resultados territoriales, en el 2024 la tasa de trabajo infantil en las principales áreas urbanas del país mostró tendencia general a la baja con respecto al 2023 y al 2022, aunque con diferencias notables entre territorios. Por ejemplo, en el agregado de 23 ciudades y áreas metropolitanas, la tasa de trabajo infantil pasó del 1,4 % en el 2023 al 1,1 % en el 2024, lo que representa una reducción de 0,3 pp y de 0,2 pp frente al 2022. Bucaramanga y Villavicencio destacan por las mayores disminuciones, con caídas de 2,7 pp y 0,6 pp, respectivamente. Sin embargo, ciudades como Pasto y Florencia tuvieron aumentos en la tasa, con incrementos de 0,8 y 0,2 pp, respectivamente.

El Trabajo Infantil Ampliado (TTIAD y TTIADC) también presenta una reducción significativa en la mayoría de los territorios. Por ejemplo, en Bogotá el TTIAD disminuyó 2,2 pp y el TTIADC 1,9 pp en el 2024 frente al 2023. No obstante, capitales como Quibdó (3,8 pp y 3,7 pp, respectivamente) y Pasto (2,8 pp y 2,2 pp, respectivamente) presentaron aumentos considerables en estos indicadores, reflejando que frente a la tendencia nacional positiva persisten desafíos importantes en regiones específicas donde el trabajo infantil sigue siendo un problema relevante y requiere atención focalizada y prioritaria.

En Colombia 2 de cada 10 personas tienen entre 5 y 17 años, lo que equivale a algo más de 10.000.000 de niños y adolescentes. Puesto que el trabajo infantil continúa perpetuando ciclos de pobreza y exclusión social afecta el desarrollo físico, emocional y educativo de los menores de edad involucrados, la reducción de las tasas es un avance, pero el número absoluto de niños y jóvenes afectados sigue siendo preocupante y exige acciones sostenidas y focalizadas.

Referencias

Laboratorio de Economía de la Educación (LEE)-Pontificia Universidad Javeriana. (2025). Informe 119: Análisis del trabajo infantil en Colombia. ttps://lee.javeriana.edu.co/publicaciones-y-documentos