Para alcanzar el objetivo del gobierno nacional de lograr la plena soberanía y seguridad sanitaria de Colombia, el país avanza en una hoja de ruta operativa que incluye producción de vacunas, normatividad, cooperación con las farmacéuticas y trabajo intersectorial.
Esta ruta operativa se trabaja desde la Dirección de Medicamentos y Tecnologías en Salud del Ministerio de Salud y Protección Social, para cambiar la visión de que el sistema de salud compra vacunas, para empezar a comprar desenlaces en salud, indicó el ministro de la cartera, Fernando Ruiz.
El cronograma de 2022 incluye el desarrollo de un sistema de monitoreo, alerta temprana y gestión, lo mismo que de un CONPES en soberanía en la producción para la Seguridad Sanitaria, agregó el ministro. Los factores críticos de éxito incluyen realizar evaluaciones de tecnologías completas para identificar tecnologías innovadoras cuyo precio se asocia a su valor terapéutico.
Un segundo aspecto es la articulación más profunda entre la coordinación intersectorial, el entramado científico-tecnológico público, y las empresas y laboratorios privados y públicos, detalló el ministro Ruiz: “Hemos logrado hoy la consolidación de una política de Estado a través de una ley de vacunas ya expedida; una serie de decretos que dan el acceso a vacunas y un CONPES que estamos desarrollando con el DNP donde estará toda la política de seguridad sanitaria; y el diseño de un proceso a largo plazo para la compra focalizada de vacunas”. Y reveló que ya hay dos proyectos para la producción de vacunas en Colombia.
Dentro del panorama que dejan dos años de pandemia, Colombia llegó a un consenso de Gobierno con un conjunto de actividades necesarias para hacer frente a las situaciones de emergencia e incidentes que vulneren la salud de la población.
El ministro recordó que desde la Ley Estatutaria en Salud “tenemos un mandato que nos lleva a hacer una política de innovación, ciencia y tecnología en salud desde nuestro sector”, indicando que el sistema de salud no debe preocuparse solo por atender pacientes, sino también por generar investigación.
Y para lograr este gran objetivo se requiere la intersectorialidad de todos los sectores, indicó el ministro: “La visión es generar una política de Estado que vaya más allá del presente Gobierno, que permita como sociedad desarrollar a futuro no solo vacunas, sino también los medicamentos necesarios”.
Bajo esta visión, se busca articular la estructura de gobernanza, flujo de recursos y capacidad de vigilancia en salud pública; promover las capacidades industriales de producción local de biológicos, biotecnológicos y tecnologías estratégicas en salud; alcanzar el uso, disponibilidad e interoperabilidad de información y aplicaciones de salud digital; y la gestión del talento humano para la atención de emergencias y producción de tecnologías de salud estratégicas.
Enfatizó el ministro Ruiz: “Es absolutamente claro que no podemos hacer desarrollo como el que queremos hacer, si no contamos con el apoyo de la industria farmacéutica”, por lo que pidió que no exista polarización entre industria y Gobierno, y sí tener formas creativas de interacción.
Puso el ejemplo de la India, país en el que la formación de la población en tecnologías en salud es fundamental: “Ellos tardaron 30 años desde el momento que iniciaron la política de seguridad sanitaria hasta que pudieron desarrollar su primera vacuna, nosotros esperamos hacerlo en 10 años”.
Antecedentes de la política de seguridad sanitaria
Colombia no empieza de cero el desarrollo de la política de seguridad sanitaria, recordó el ministro: “Desde la conquista esta región del mundo tuvo epidemias de viruela cada 20 años y la mayoría de las veces se moría la gente. Esto cambia en 1801 cuando despierta la sociedad con una nueva visión sobre la importancia de la vida”.
Agregó que el virrey de inicios del siglo XVII utilizó una estrategia de contención. “Por primera vez en la Nueva Granada se definió un plan para contener la viruela, en una epidemia que en 1801 comenzó en Popayán. Se restringió el tránsito de personas y en consecuencia se opuso el cabildo de la época, diciendo que era mejor una estrategia de mitigación, bajo la aceptación de que nos íbamos a contagiar”.
Además, se tuvo en cuenta una vacuna que se desarrollaba en Europa utilizando pústulas de las vacas y posteriormente en las personas: “Bajo esa decisión, el virrey Antonio Amar y Borbón decidió traer una cohorte de 22 niños infectados para infectar otros niños y desarrollar pústula, y así tener la posibilidad de desarrollar la vacuna”, dijo Ruiz.
De esta forma se inició la primera campaña de vacunación en Colombia: “Se creó la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, donde se hizo incluso investigación con el sabio José Celestino Mutis que buscó pústulas en las vacas criollas, pero después llegó la Independencia con las guerras civiles, en donde se pierde toda la transmisión de la vacuna”.
Luego en 1887, el doctor Jorge Lleras Parra, primo de Federico Lleras Acosta, encuentra un método para producir vacunas localmente y funda el Parque de la Vacunación, que en 1929 se integra con el Laboratorio Samper Martínez y de ahí surge el Instituto Nacional de Salud.
Colombia debe recuperar soberanía y seguridad sanitaria
El ministro Ruiz destacó que Colombia ya tiene una historia de producción de vacunas, interrumpida en 2001 cuando se produjo la última vacuna, por lo que “todos tenemos la responsabilidad de volver a la soberanía y seguridad sanitaria que Colombia tuvo”. Reiteró que la presión del COVID-19 puso en relieve que en nuestro país no se produce tecnología en salud, lo que lo hace dependiente de otros países y vulnerable a cualquier riesgo que llegue ahora o en el futuro.
Y considerando las características de Colombia en clima, geografía y distribución de la población, que lo hacen endémico para muchas enfermedades, obligan al país a producir vacunas, explicó Ruiz: “El punto de partida es desarrollar el concepto de soberanía y seguridad sanitaria. Colombia está en el puesto 38 del Índice Global de Seguridad Sanitaria, y si bien no es malo, si se mira comparativamente somos el tercer país en Latinoamérica, después de Brasil y Argentina, los cuales sí producen vacunas”.
El ministro destacó que Colombia tiene un PAI robusto con 21 vacunas contra 26 enfermedades y que se implementó un Plan Nacional de Vacunación que hoy llegó a 83 millones de vacunas aplicadas, pero que el COVID-19 dejó lecciones como falencias en el abastecimiento de medicamentos y tecnologías en salud, y baja capacidad de articulación institucional. También reveló problemas estructurales, como ausencia de una gobernanza que articule a todos los actores en torno de la generación de capacidades para responder.
Concluyó Ruiz: “La pandemia nos va a dejar una enseñanza gigante respecto a la creación del FOME, que financió con $40 billones a la pandemia, de los cuales $16 billones fueron destinados a la salud. Y pudimos decretar una Emergencia Sanitaria gracias a un instrumento que yo mismo creé cuando era viceministro para las epidemias de Zika y Chikunguña”.
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